La primera semana de octubre los pabellones 6, 7 y 8 de Feria Valencia se llenarán de ríos de visitantes que irán y vendrán por los pasillos de Iberflora. Entre plantas, flores y productos para la jardinería se crearán, como cada año, corrillos de viejos colegas de profesión que recordarán anécdotas. Bajo el murmullo de voces y pasos otros se pondrán cara por primera vez tras muchas llamadas y emails. Apretones de manos, intercambio de teléfonos y tarjetas, cafés y algún brindis por una nueva venta… Iberflora es también una fábrica de historias con las personas como materia prima.
“Mi padre expuso en la primera Iberflora que se hizo en Feria Valencia, en 1976, puesto que antes se celebraba en los Jardines de Viveros. Como es una empresa familiar, cuando exponía nos íbamos allí todos. Yo tenía 7 años cuando pisé por primera vez Iberflora”, cuenta Paco Moreno director comercial de Horticultura Moreno, vivero con 4 generaciones de historia. A los ojos de aquel niño, Iberflora era “una fiesta”. “Entonces Iberflora era muy diferente, puesto que además de la parte profesional, también estaba dirigida al público general y se podían ver otros stands que hoy no existen como los de los animales de compañía. También algún inventor que presentaba sus soluciones al sector…”, recuerda Moreno.
“Al estar abierta al público venía mucha gente de València y de los pueblos de alrededor que iba a ver productos y comprar. Además, Iberflora a veces acogía las “floralies” con grandes exhibiciones de jardinería”. Y cuando coincidía con ello, cuenta Paco Moreno, “la feria se debía alargar hasta 15 días. En unos días ya todos los profesionales habían recorrido la feria y se iban, pero tú tenías que mantener el stand y al final pasabas horas hablando con el expositor de al lado”.
La Iberflora de hoy, con apellido New Generation, “es muy diferente, con una feria enfocada al 100% en el profesional”. Resalta Moreno que “durante los últimos años las diferentes direcciones se han preocupado de darle una dimensión internacional, a lo que se añade las actividades paralelas”.
¿Qué hace que una empresa siga 40 años después acudiendo a Iberflora? Para Moreno, “hay dos motivos importantes por los que estar en Iberflora. Una, aquella que dicen que si no estás no existes. Y la segunda porque hoy en día debido a la comunicación a distancia y digital, el contacto personal es un valor añadido para la feria, el poder verte cara a cara o incluso poner rostro a profesionales con los que llevas hablando mucho tiempo”.
Nueva savia en los pasillos de Iberflora
Muy diferente es la experiencia de Aitana Martín, técnica de marketing y ventas en Envoltorios Decorativos, empresa catalana, cuyo nombre no lleva a engaño: en su catálogo ofrecen a centros de jardinería y floristerías envoltorios para regalos, arreglos florales y otros productos. Esta empresa ha acudido a otras ediciones, pero lo hacía bajo el paraguas de Aliat. Este año han dado el paso y por primera vez contarán con un stand propio. “Seguiremos colaborando con Aliat en Iberflora, estando muy cerca de ellos, ayudando en todo lo necesario. Queríamos en esta ocasión tener más visibilidad ante los visitantes”, cuenta Martín.
Con 23 años quiere aportar nuevas ideas a la empresa familiar capitaneada por su padre desde hace más de dos décadas. Ese impulso de nueva generación del sector ha ayudado a dar el paso a querer contar con un stand, una iniciativa que ya tiene sus efectos. “Muchos clientes nos han dicho al saber que tendremos stand que vendrán a visitarnos”, cuenta Martín, quien también señala que quieren empezar a llegar al público internacional, ser más visibles ante este potencial cliente. De hecho, en la universidad realizó una investigación de mercado con la empresa familiar como objeto de estudio, para saber cuál sería la rentabilidad de abrirse a nuevos mercados como el alemán.
En Iberflora mostrarán en su stand todas sus novedades en envoltorios navideños, de San Valentín o primavera, productos que, comenta, cada vez más se solicitan en materiales naturales.
La de Paco y la de Aitana son solo dos de las muchas historias que se vivirán entre los muros de Feria Valencia y que construyen año a año, década a década, la vida de un sector que sabe mirar al futuro sin olvidar su pasado.