Recientemente la versión digital del periódico El Mundo publicaba una noticia sobre una nueva corriente arquitectónica que persigue la presencia de elementos naturales en los edificios con el objetivo de mejorar la sensación de bienestar, un interesante artículo del que nos hacemos eco desde Iberflora.
El artículo habla del informe Impacto global del diseño biofílico en el lugar de trabajo llevado a cabo por Interface.
Pero empecemos desde el principio ¿Qué es la biofilia? se trata de un término acuñado por el biólogo Edward O. Wilson que describe la relación innata entre los humanos y la naturaleza y hace referencia a nuestra necesidad de estar continuamente conectados con ella.
Bien, pues según el estudio de la empresa Interface, los niveles de bienestar aumentan un 13% en aquellos entornos que incorporan especies vegetales, mientras que la productividad aumenta un 6%. Es decir, los empleados que trabajan con vistas al campo se encuentran más a gusto y producen más que aquellos con vistas a entornos urbanos, tales como edificios, carreteras u obras.
Ante estos datos surge una corriente arquitectónica cuyo objetivo es el diseño biofílico, que consiste en la incorporación de elementos propios de la naturaleza en construcciones y espacios urbanos. Con ello se consiguen varias cosas: por un lado, las construcciones son más responsables con el entorno que las rodea, y por otro, las personas que las habitan cuentan con unos niveles mayores de bienestar.
Son muchas las posibilidades del diseño biofílico: desde un balcón o terraza con plantas hasta un jardín vertical pasando por cubiertas vegetales. A todo ello hay que sumarle la importancia de la luz solar, que hace que el cerebro libere endorfinas (lo que mejora el humor de las personas) y ayuda a sintetizar la vitamina D procedente de los rayos del sol.
No obstante el estudio revela datos preocupantes, como que el 47% de los trabajadores no tiene acceso a la luz natural durante su jornada laboral, que el 58% no tiene cerca vegetación y que el 7% carece de una ventana en su entorno laboral.
Y ello es preocupante, no solo por la productividad, si no por la salud de los empleados que también tiene consecuencias económicas.
Conscientes de ello, en España grandes compañías se están sumando poco a poco a esta tendencia, como la nueva sede social de Repsol, la Ciudad BBVA o el Distrito C de Telefónica, todas ellas en Madrid.
Desde Iberflora deseamos que esta tendencia se vaya extendiendo por todo el país, no solamente en grandes compañías, si no también en otras empresas, pues un diseño biofílico en pro de la salud, el bienestar y la productividad de los empleados no tiene por qué suponer una gran inversión. Con pequeñas acciones verdes pueden conseguirse grandes resultados.